Burgohondo se encuentra en el centro del Alto Alberche, un profundo valle rodeado de montañas, de paisaje heterogéneo y lleno de contrastes. Su elemento natural más característico es el río Alberche, eje articulador de la zona.
El cliente quiso desarrollar un proyecto de arquitectura singular usando materiales artesanos como los ladrillos de barro cocido a mano y baldosas de barro natural.
Se construyó un hotel de 10 habitaciones y un restaurante con horno de leña de hierro forjado como los de antaño. Se dotó al hotel de una pequeña piscina. El interiorismo mucho más moderno que sus competidores inyectó un aire fresco, minimalista y diferencial al hotel.